La sal marina es la sal procedente de la evaporación del agua de mar, frente a la sal gema o sal de roca extraída de minas terrestres. Las salinas son los centros por excelencia de producción de sal marina.
Por regla general, las sales obtenidas por evaporación del agua marina tienen un 86 % de cloruro sódico (NaCl) y trazas de oligoelementos como calcio, cloruro de magnesio, potasio, yodo y manganeso.
Debido a su textura gruesa y crujiente, suele emplearse en la gastronomía para la elaboración de varios tipos de recetas. Asimismo, por este mismo motivo se agrega a exfoliantes corporales y otros productos.
Debido al boom que tuvo gracias a muchos anuncios publicitarios, este tipo de sal se popularizó como una alternativa para la sal de mesa tradicional, cuya ingesta se asocia con varios problemas de salud. De hecho, muchos llegaron a afirmar que era una sal con menos sodio y que estaba repleta de nutrientes beneficiosos.
No obstante, como lo señala una publicación en American Heart Association, tanto la sal de mesa como las sales marinas contienen aproximadamente 40 % de sodio en peso y, por tanto, las recomendaciones de consumo no difieren entre una versión y otra.
BENEFICIOS
De acuerdo con información publicada en Advances in Nutrition, en dosis adecuadas, es decir, no más de 5 gramos al día, puede ayudar a las siguientes funciones:
- Equilibrar los líquidos y electrolitos del organismo.
- Regular la presión arterial.
- Contribuir a la función nerviosa y muscular.
Recomendaciones de la organización mundial de la salud (OMS)
La OMS advierte que un consumo excesivo de sodio está asociado con hipertensión y un mayor riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Por esta razón, aconseja tener en cuenta lo siguiente:
- Que los adultos consuman menos de 5 g (menos de una cucharadita) de sal por día.
- En lo posible, se debe emplear sal fortificada con yodo, pues es esencial para el desarrollo saludable del cerebro en el feto y para la función de la tiroides.
- Dejar de creer que la sal marina es mejor que la sal de mesa solo porque es “natural”.
- Revisar las etiquetas de los alimentos, pues muchos son ricos en sodio.
- No agregar sal durante la preparación de los alimentos.
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